Julio C. Palencia
Llegaron.
Y se adueñaron de todo lo que había.
Llegaron para quedarse.
Entre su cruz y su espada se tienden millones de cadáveres.
Así nacimos nosotros.
Su civilización se nos volvió barbarie
reinó la rapiña
y el abuso que hoy todavía persiste.
Debemos sobreponernos al desastre.
En nuestro espíritu
hay un fuego no resuelto:
es el vejamen que se respira
es la impunidad para degradar al otro
es la justicia sesgada
y con precio.
¿Cómo no ser lo que ya eres?
Esquizofrénico o neurótico.
Debemos sobreponernos.
La distancia entre el Curiosity en Marte
y la decadente oligarquía…
el Ríos Montt que padecimos,
parece insalvable.
EL sueño de España fue nuestra pesadilla.
No hay tiempo para el pesimismo.
Debemos sobreponernos al desastre.
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