Al sur de tu mirada

Julio C. Palencia

La vi partir
hacia el sur
siguiendo la huella
que ella misma había dejado
-migitas de sueño en el camino-
mientras dormía.

Siguió hacia el sur sin detenerse.

Fue huésped de Frida Kahlo en Coyoacán
volvió a ser de maíz en Atitlán
conoció el cielo cerca del Guazapa
bebió con sed de náufrago en Trujillo
lloró cuanto pudo en el Lago Cocibolca
vio ballenas en Puerto Limón
se volvió refugiada de lujo en Panamá
amó sin descanso en Cartagena
se hizo mística en Machu Pichu
caminó entre nubes en La Paz
platicó con Simón Bolivar en Caracas
en Montevideo viajó en el tranvía verde
que añoraba Benedetti
se hizo poeta en Santiago
quiso ser migrante en Buenos Aires
conoció noches sin retorno en Río de Janeiro.

Siguió hacia el sur de su corazón
buscando el agua
para su sed.

El paraíso le esperaba en Puerto Rico
vivió un mal sueño una injusticia una mezquindad en Haití
Cuba la esperaba aún de pie
y se sintió africana del siglo dieciocho en Jamaica.

La incompletud era su sed
y el agua para esa sed fue su recorrido.

En la parte más austral de su corazón encontró reposo,
refugio y quietud para su palabra.