Julio C. Palencia

Qué vulgar el amor cuando semeja un triste Ministerio de Estado
qué desgracia que se parezca a una Secretaría de Gobierno
en donde el trámite es todo lo que importa
y el cuidado de la apariencia sin sentido
malbarata todo este amor que nos tenemos
y que se queda en ganas, sólo en unas ganas absurdas de amarnos.

No sirve de esa manera, amor.