De cómo llegué a Fiona Apple o los ideales traicionados del MIT en Aaron Swartz

Si hay ángeles guardianes, Georgina Maza es uno de ellos.

Julio C. Palencia

“Una pieza maestra, el trabajo de un genio”, leí la opinión de Aaron Swartz en su blog sobre el álbum Extraordinary Machine. Para entonces, últimos días de enero del 2013, Aaron Swartz ya se había suicidado y yo no había escuchado nunca nada sobre Extraordinary Machine, escrito, compuesto e interpretado por Fiona Apple. Ya había pasado lo crucial del hervidero político y de lucha civil que había ocasionado el proyecto de ley Stop Online Piracy Act, SOPA, que de aprobarse en Estados Unidos, tendría repercusiones serias en todos los países. Este proyecto de ley fue considerado por muchos, Aaron Swartz uno de ellos, como ataque directo a una internet de acceso libre. Para combatir la promulgación de esta posible ley, cofundó el grupo Demand Progress que movilizó millones de activistas en línea.

Aaron Swartz

Se suicidó el 11 de enero del 2013 en Nueva York a los 26 años, aunque el arresto y la persecución amenazante habían durado dos largos años. 1 millón de dólares de multa, 35 años de prisión, incautación de bienes, prohibición de acercarse a una computadora o red, entre otras cosas. ¿La causa? Haber descargado más de 4 millones de artículos de acceso pagado de JSTOR, casi todos generados y pertenecientes al Instituto Tecnológico de Masachusetts, MIT por sus siglas en inglés, y pretender publicarlos con acceso libre en la internet. Literalmente, un conocimiento socializado y libre. JSTOR retiró los cargos una vez devueltos los artículos, pero el MIT siempre quedó en términos ambiguos violando así su propia misión “el Instituto tiene el compromiso de generar, diseminar y preservar el conocimiento” y mancillando los principios del movimiento ‘hacker ethic’, filosofía originada allí mismo. El MIT no fue neutral y no retiró los cargos. Una gran mancha histórica, una vergüenza.

Aaron Swartz fue impulsor, creador o co-creador del RSS, Reddit, OpenLibray, Tor2Web, Creative Commons, entre otros muchos proyectos, algunos de los cuales empezó a desarrollar siendo aún, literalmente, un niño.

Así, un superdotado de Silicon Valley, millonario a muy temprana edad, había decidido complementar su gran conocimiento técnico con una militancia de compromiso social. Pudo vislumbrar lo que la ciencia tiene en ella misma de liberadora o como paridora de esclavos. Somos sociedades de alta técnica y conocimiento con una grieta social, un quiebre: conocimiento de muy alto nivel y especializado sin correspondencia con grandes masas analfabetas (técnica y científicamente) de la población. Conocimiento privatizado, divorciado de la especie que lo ha generado.

Pudo vislumbrar lo que la ciencia tiene en ella misma de liberadora o como paridora de esclavos. Somos sociedades de alta técnica y conocimiento con una grieta social, un quiebre…

Las escuelas públicas primarias, secundarias y universidades son ya de mala o muy mala calidad y sin presupuesto. No son prioridad en la configuración de los Estados. Lo que sí ha sido prioridad en estos años es convertir en negocio la educación, dejar sin cauce, sin recursos, a las universidades públicas, otrora de mayor prestigio y relegarlas a un segundo o tercer plano. La Universidad Nacional Autónoma de México es un ejemplo de ello. En el listado de universidades de nivel mundial, la UNAM aparece ya muchos escaños atrás del Tecnológico de Monterrey, lo cual era impensable hace 20 años.

La educación entonces está dejando de ser factor de movilidad social y sirve sólo para conformar una masa amorfa de profesionales sin perfil definido llena de conocimientos generales de poca monta y poco uso.

La población en su conjunto requiere de condiciones e incentivos para el aprendizaje. Estamos muy lejos de ello. Requiere además tener acceso al conocimiento en todas sus ramificaciones y manifestaciones: escuela pública obligatoria de calidad hasta el nivel profesional, un programa vital de becas para maestrías y doctorados. Se requiere además diversificar el interés en otras carreras que no sólo lleven a la burocracia, la política ramplona o la polícia. Es dramático ver como muchos jóvenes hoy estudian criminalística, motivados por el increíble nivel de violencia en el que estamos inmersos. Cuando hablo de conocimiento, me refiero a otra cosa: hablo de vocación, hablo de pasión, hablo de gozo.

Otra ramificación del conocimiento está en los libros y en la internet de al menos los últimos 20 años. El autoaprendizaje aquí resulta de gran importancia. Y esto sólo es posible teniendo acceso a los libros digitalizados y las publicaciones científicas en un ambiente de libre acceso y cuyo costo sea pagado por los mismos usuarios a través de sus impuestos. La importancia del acceso libre a las publicaciones científicas y libros lo subraya el caso del adolescente Jack Andraka, quien a los 15 años descubrió un nuevo método de cura para el cáncer de páncreas.“En la mayoría de publicaciones científicas, los artículos tienen un costo de 35 dólares, y sólo tienen 10 páginas. Si muchos recursos públicos han apoyado estas investigaciones. ¿No debería el público tener acceso libre a ellos?”, opina Andraka.

“La mayoría de quienes escriben estas publicaciones nunca reciben una remuneración por estos servicios. Las publicaciones académicas deben ser de libre acceso definitivamente – es sólo de esa manera que se llevará el potencial de la internet a su mayor nivel posible en el acceso al conocimiento”, opina Reilly Yeo de OpenMedia.ca.

Aaron Swartz, uno sólo en palabra y acción, sigue vigilante de la internet como un ecosistema de conocimiento y libertad de expresión global, portadora de la llama, de la chispa, que reside allí a la espera de un espíritu que decida tomarlo.

Así fue como llegué a Fiona Apple. La canción preferida de Aaron Swartz es la que da nombre al álbum, Extraordinary Machine.

 

 

Tim Berners-Lee, padre de la internet, tuiteó: «Aaron está muerto. Caminantes del mundo, perdimos a uno de nuestros sabios. Hackers por derecho, perdimos a uno de los nuestros. Padres todos, perdimos a un hijo. Lloremos».

Anonymous hackeó el sitio del MIT en honor a Aaron Swartz y colocó la leyenda: “Eras el mejor de nosotros; has que salga con tu ejemplo lo mejor de nosotros.”

You were the best of us; may you yet bring out the best in us.
-Anonymous, Jan 13, 2013.

Aquí les dejo mi traducción de su Manifiesto Guerrilla de Libre Acceso.

Manifiesto Guerrilla de Libre Acceso

La información es poder. Pero al igual que todo poder, existen quienes desean conservarlo sólo para sí. El legado científico y cultural de la humanidad, publicado durante cientos de años en libros y revistas, está siendo digitalizado y privatizado por un pequeño grupo de corporaciones. ¿Te interesa leer los artículos de algunas de las investigaciones más importantes en la ciencia? Es necesario que envíes sumas enormes a editores como Reed Elsevier.

Están también los que batallan por cambiar esto. El Movimiento de Libre Acceso ha peleado valientemente para lograr que los científicos no entreguen sus derechos de autor sino que se aseguren que su trabajo será publicado en la Internet, bajo términos que permitan a cualquier persona tener acceso. Sin embargo, incluso en los mejores escenarios, su investigación solamente tendrá aplicación a cosas publicadas en el futuro. Todo lo demás hasta hoy se habrá perdido.

Ese es un precio demasiado alto de pagar. ¿Forzar a los académicos a pagar económicamente por leer el trabajo de sus colegas? Escanear bibliotecas completas pero sólo permitir a los muchachos de Google su lectura? ¿Proveer de artículos científicos a las universidades élite del Primer Mundo, pero no a los niños del Sur Global? Es escandaloso e inaceptable.

“Estoy de acuerdo”, dicen muchos, “pero, ¿qué podemos hacer? Las empresas tienen los derechos de autor, generan enormes cantidades de ganancia cobrando el acceso a ellos, y es perfectamente legal – no hay nada que podamos hacer para detenerlos.” Pero hay algo que podemos hacer, algo que ya se está haciendo: podemos resistir.

A esos que tienen acceso a estos recursos -estudiantes, bibliotecarios, científicos- se les ha dado un privilegio. Ustedes se sientan en el banquete del conocimiento mientras que el resto del mundo queda fuera. Pero no tienen que -ciertamente, moralmente, no tienen que hacerlo- conservar este privilegio sólo para ustedes. Tienen la tarea de compartir el conocimiento con el mundo. Y lo han hecho: compartiendo passwords con colegas, realizando descargas a solicitud de amigos.

Mientras tanto, los que han quedado afuera no se quedan quietos. Se cuelan a través de agujeros y escalan muros, liberando la información conservada bajo llave por los editores y compartiéndola con sus amigos.

Sin embargo, toda esta acción se da en silencio, escondida, a hurtadillas. Se le llama robo o piratería, como si compartir la riqueza del conocimiento fuera el equivalente de asaltar un barco y asesinar a su tripulación. Pero compartir no es inmoral – es un imperativo moral. Sólo esos cegados por la avaricia se negarán a que un amigo realice una copia.

Las gigantes corporaciones, por supuesto, están cegadas por la avaricia. Las leyes en las cuales operan requieren que así sea —sus accionistas harían una revuelta de ser de otra manera. Y los políticos, que ya han sido comprados por estas corporaciones, crean leyes que deciden quién puede o no copiar esta información.

No hay justicia alguna en seguir leyes injustas. Es tiempo de darnos cuenta y, en la gran tradición de la desobediencia civil, declarar nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública.

Es necesario que tomemos la información, cualquiera sea el método de almacenamiento, hacer copias y compartirlas con el mundo. Es necesario que todo lo que ya no tiene derechos de autor lo incorporemos al archivo. Es necesario que compremos bases de datos secretas y colocarlas en la web. Es necesario que descarguemos publicaciones científicas y las coloquemos en redes compartidas. Es necesario combatir en la Guerrilla de Libre Acceso.

Con suficientes de nosotros, en todo el mundo, no solamente enviaremos un mensaje fuerte de posición a la privatización del conocimiento —haremos de ello una cosa del pasado.

¿Te unirás a nosotros?

Aaron Swartz

Julio 2008, Eremo, Italia