Julio C. Palencia

Le miro a sus ojos y bajo la cabeza, sonrío.

Ella dice, -¿qué,
tengo acaso un frijol entre los dientes
una lagaña en los ojos
un moco en la nariz?

Yo vuelvo a elevar los ojos y vuelvo a sonreír.

Suelta suavemente el tenedor con alimento
pasa una mano gentil por el rostro
aprieta su nariz y revisa sus lagrimales
hace un movimiento de lengua revisando sus dientes.

Se queda tranquila y yo vuelvo a sonreír.

Elevo los ojos y me detengo en los de ella
algo de dignidad ve en los míos
un regalo que procede de ella
que ella me da ahora y me ha dado desde que la vi
y que yo infinitamente agradezco.

–Ehhhh, dice. Me ama, me ama.

Yo la veo nuevamente a los ojos y sonrío.