Julio C. Palencia

No duermas sin sueño
no comas sin hambre
no ames sin que el corazón tiemble.

No vivas a medias
no hables bajito
no se vuelva tu palabra amarga
hacia dentro gritando.

No guardes las apariencias,
llama a cada cosa con su nombre.

Dale camino a tus pasos
que broten los días de tu lengua.

Que la muerte se tarde en llegar
y te encuentre caminando
ya cargado de años
con un sueño convertido en trueno
aún entre tu pecho.